Antes del dúo Tsugumi Ohba – Takeshi Obata hubo otro mucho más importante, de cuya unión salieron obras muy relevantes para la Historia del Cómic (con esto no pretendo restarle importancia a los Shonen realizados por Ohba y Obata; pero al César lo que es del César).
“El lobo solitario y su cachorro” es uno de los mangas más influyentes de la historia (por no decir el que más), y por tanto está considerado por muchos como la obra cumbre del considerado tándem de oro, conformado por: el escritor Kazuo Koike y el dibujante Goseki Kojima.
La generación de estos dos grandes autores consiguió que el Manga sea una parte muy importante de la cultura popular japonesa y que tanto hombres como mujeres de todas las edades y estratos sociales los lean; ya que el Manga moderno nació en 1947 con el Shonen de Osamu Tezuka “La nueva isla del tesoro”, pero tanto el propio Tezuka como otros Mangakas fueron abriendo camino y realizando obras destinadas a otros públicos, consolidando las diversas demografías: Kodomo (destinado a niños), Shonen (pensado para chicos adolescentes), Shojo (dirigido a chicas adolescentes), Seinen (destinado a hombre adultos) y Josei (para mujeres adultas).
Este Cómic de culto se consagró desde que se publicara allá en el 1970, demostrando que un cómic dirigido a un público adulto también tiene buenas ventas y un gran nicho de mercado. Por ello se clasifica a estos dos Mangakas dentro de la corriente artística Gekiga (literalmente: imagen dramática), la cual promovía un estilo de dibujo e historias realistas y serias, hoy denominado Seinen o Manga para adultos. Está corriente fue la contraposición al Manga comercial orientado a niños y adolescentes que solía hacer Tezuka.
El calado social de esta obra es tan grande, que sus dos “hermanos menores” han tenido casi tanto éxito como la obra primigenia. En 1972 los autores crearon un spin-off: “Asa, el ejecutor”, protagonizado por un secundario de la historia original; como curiosidad, ambas terminaron en el mismo año (1976). Además, entre 2003-2006 Kazuo Koike continuó la historia con “El nuevo lobo solitario y su cachorro”, donde el dibujo corre a cargo de Hideki Mori; aunque antes le pidieron su consentimiento a la viuda de Kojima, ya que éste falleció en el 2000.
Además, esta obra capital pertenece a una época en la que solo los inquietos dibujantes de cómics se interesaban por saber que hacían autores de otros países; “El lobo solitario y su cachorro” sorteó fronteras y un jovencísimo Frank Miller (entre otros) descubrió la obra, quedándose prendado de la misma.
Aunque Miller no es el único autor occidental influenciado por este Manga, es el más importante, no solo porque a mi entender es uno de los autores más relevantes del Cómic o porque en todas sus obras se pueden encontrar reminiscencias de la aquí tratada (sobre todo en su primera obra original: “Ronin”); sino por su compromiso hacia la misma, promovió la publicación de ésta hasta que consiguió que en 1987 la extinta editorial Americana First Cómics la convirtiera en uno de los primerísimos mangas que se publicaron en Occidente.
«Te transporta a otro tiempo y a un país extraño, terrorífico, devastado y gris. Koike y Kojima narran e ilustran con maestría el retrato de un hombre, un niño y un país en su camino al infierno. »
Frank Miller
Los autores nos sitúan con rigurosidad histórica en el violento Período Tokugawa, donde retratan la época samurái de forma cruenta a la par que honorable y nos muestran los claroscuros de las costumbre del Japón Feudal. En este primer tomo se nos presenta a un Ronin fuerte y con carácter: Itto Ogami; el cual viaja por diversas provincias japonesas realizando encargos de asesinato junto a su hijo Daigoro, un joven que con tan solo tres años le ayuda en las misiones y también pone su vida en riesgo con cada encargo.
En una entrevista que Miller realizó a Koike y Kojima con motivo del lanzamiento de su obra en U.S.A., éste último dijo que insertaba en determinadas situaciones algunas cosas sin sentido, como las expresiones de Daigoro, para quitarle tensión a la historia. Por lo que a veces se le ve juguetear despreocupadamente o sonreír en momentos cuanto menos peculiares (no olvidemos que es un niño), pero por lo general se muestra estoico e impasible ante las cruentas situaciones; no en vano se apodan: El lobo solitario y su cachorro, un cachorro de lobo no deja de ser un lobo en potencia…
No sabemos casi nada del pasado de estos dos peculiares protagonistas, solo nos desvelan en el capítulo 10 (de los 11 que conforman el primer tomo) que Itto Ogami fue el Albacea oficial para los Harakiris ceremoniales y que la madre de Daigoro está muerta; por lo que preguntas tales como: ¿Por qué se han convertido en asesinos a sueldo? o ¿Qué pasó con la madre del niño? no tienen respuesta aun.
Prácticamente todos los capítulos son autoconclusivos; en este primer volumen solo un encargo se entrelaza con otro. Por lo general, lo ocurrido en uno no tiene relevancia en el siguiente, cada historia trata sobre un asesinato y de como por complicado que sea Ogami se las ingenia para llevarlo a cabo, no solo porque es un luchador nato y su manejo de la Katanas Dōtanuki y Zanbatō es extraordinario, sino porque es un magnífico estratega y sabe dominar todo tipo de situaciones mediante su amplio conocimiento del Bushidō (el Camino del Guerrero).
El guión es bastante denso, ya que tiene muchos diálogos y explica aspectos del Bushidō (técnicas militares o determinadas situaciones que se daban en la época) tema en el cual Koike estaba instruido desde pequeño debido a que su familia tiene mucho arraigo tradicional. Pero también se nota su buen hacer como escritor al conseguir que la compresión de lo narrado sea fácilmente entendible (aunque seas un neófito), a la par que amena. Aunque Kojima destaca por transmitir todo tipo de sentimientos mediante las expresiones o gestos de sus personajes, por lo que también se encuentran muchas páginas sin diálogos, ya que siempre decía que había que crear emociones incluso cuando se dibuja un árbol o una piedra.
En el apartado gráfico Goseki Kojima tiende a esquematizar, por ello aunque utiliza mucha tinta (juega profusamente con las sombras) y dibuja con pinceles un tanto gruesos, tiene una técnica depurada. También utiliza plumilla para determinados detalles o para las líneas cinéticas que utiliza de manera magistral. Su narrativa visual me parece espectacular, combina grandes planos generales con primeros planos y planos detalle; además de tener una habilidad nata para combinar viñetas de cruentas batallas con idílicos paisajes naturales japoneses.
Kojima respondía a Miller, en la misma entrevista que mencioné anteriormente, sobre qué había influenciado su estilo afirmando que le gustaba la técnica de dibujo a tinta Suibokuga y que el artista japonés que más le marco fue Gyokudo Kawai. Además, los trabajos que desempeñó con pincel y tinta antes de ser Mangaka, también contribuyeron a conformar su estilo; destacando las ilustraciones que realizó durante casi 10 años para narradores de kamishibai (teatro de papel), un ocio callejero muy popular en Japón antes del ascenso al estrellato del Manga moderno.
Miller posteriormente afirmaba que lo que más le había impresionado eran las escenas de combate, por ser tan expresivas y llenas de movimiento, enfatizando éste sobre la descripción formal, a lo cual Koike añadió que la diferencia fundamental entre los cómics japoneses y americanos es que los mangas poseen una estructura móvil y que si no cambiaban esa perspectiva de los principios básicos, se iban a enfrentar a la decadencia.
La mirada se mueve muy rápido en los Mangas, a causa de las líneas cinéticas y porque una viñeta interfiere con la siguiente avanzando secuencialmente, de forma parecida a los fotogramas de una película; este concepto lo aclara Koike con el siguiente ejemplo:
“Cuando Superman vuela por el cielo, si se dibuja en una única viñeta, es un cuadro inmóvil. En los cómics japoneses, un personaje volaría en tres viñetas mientras se le va enfocando la cabeza, el cuerpo y el pie.”
Kazuo Koike
Por último añadir que la edición realizada por Planeta cómic, está a buen precio teniendo en cuenta que cada tomo contiene más de 400 páginas y cuesta 11€ (normalmente suelen tener 200 y costar 8,50€); pero también prescinden de la sobre cubierta, la calidad del papel es muy baja, las muchas viñetas a color que tiene el manga están impresas en escala de grises y algunas páginas dan la impresión de haber sido escaneada y no ser originales. Lo único que me gusta de la edición es que algunas de las portadas están realizadas por Frank Miller.
Me gustaría que realizaran una edición acorde con la importancia que tiene la obra; aunque no hace falta que sea de cartoné y tan cara como la Edición Deluxe de “Fénix” de Osamu Tezuka…
Calificación:
GUIÓN 8,50
DIBUJO 8,00
Nota media 8,25
P.D. Hiroshi Hirata, Mangaka de la misma generación que este dúo de oro y que realiza obras semejantes también dentro de la corriente Gekiga y ambientadas en el Japón feudal, en mi opinión es un autor mucho más completo y por ello esta en mi Top 5 Mangakas; aunque no es tan buen escritor como Koike, su dibujo es claramente superior al de Kojima.
¿Estás de acuerdo con mi opinión? Deja la tuya en su ficha técnica.