Taiyō Matsumoto como mencioné en mi Top 5 Mangakas, es un autor underground, cuyo estilo de dibujo es verdaderamente único y bebe mucho del cómic europeo, desmarcándose así completamente del estilo asociado al manga.
Hace gala de un dibujo realizado a mano y cercano al garabato: sucio, de líneas sinuosas y aterciopeladas, pero minucioso en el detalle y recargado. Además de utilizar profusamente multitud de puntos de vista con perspectivas aberrantes, extremadamente forzadas y que deforman tanto a los personajes como los fondos, creando un ambiente onírico.
ECC, al igual que otras editoriales recientes, está apostando fuerte en pos de autores poco conocidos (algo arriesgado, pero que me encanta), Mangakas con una gran personalidad, que realizan obras diferentes, atípicas, aportando al mercado español una gama de mangas más amplia y menos comercial, lo cual es de agradecer.
De Matsumoto ya ha traído la mayoría de sus trabajos, algo impensable antes de que esta editorial lo hiciera. Aunque con este autor no han arriesgado tanto como por ejemplo, Shun Umezawa (“Bajo un cielo como unos pantis”), porque no era un completo desconocido en el territorio español, ya que en su día fueron publicados por la desparecida Glénat/EDT: “Takemitsu Zamurái” y “Tekkon Kinkreet” (republicada este mes por ECC), cuya edición es la que yo poseo.
La trama no es muy complicada, se podría reducir a que trata sobre algo tan simple como es el bien y el mal, dualidad patente en los protagonistas. Además, al igual que la estética (mezcla entre arte pop y naif), en un principio es bastante realista, para luego tornarse progresivamente en un simbolismo y realismo mágico, que terminará siendo surrealista.
Kuro y Shiro (negro y blanco), dos niños huérfanos que viven en la calle o más bien que son la calle. La violencia está implícita en el día a día de estos niños, aunque Shiro pos su inocencia, empatía e imaginación, lo ve como un juego (por las noches suele ir a una cabina telefónica e informar de que: el soldado Shiro de la tierra, ha cumplido su misión de proteger el barrio). En cambio Kuro sabe que es malvado y disfruta con el olor a sangre, aunque ya se aburre de luchar contra delincuentes de poca monta y cada vez se mete con gente más peligrosa.
Al igual que el yin y el yang, son opuestos pero interdependientes, estos niños apodados los gatos, también lo son. Pero un Yakuza apodado el ratón, volverá al barrio después de muchos años junto con un séquito de mafiosos, todos ellos orquestados por un extranjero que pretende modernizar Ciudad Tesoro y sustituir los viejos edificios por centros de ocio para niños. Hecho que, curiosamente, perturbará el equilibrio de estos jóvenes (ironías de la vida), porque ellos son el alma del viejo barrió y lucharán fervientemente por defenderlo del cambio.
Calificación:
GUIÓN 8,50
DIBUJO 9,50
Nota media 9,00
P.D. en 2006 fue adaptado al anime y su director es Michael Arias (estadounidense).
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