El pinche viajero del tiempo

El versado rotulista aplica el vinilo mediante su espátula rígida (por el lado con cobertura de fieltro), mientras que el compañero mantiene el paño ligeramente separado de la pared, en tensión, y periódicamente le va retirando la trasera. Ctrl+E y Suprimir. Un electricista engalonado con su casco de seguridad, visera integral, guantes ignífugos y sobreguantes dieléctricos, está conectando la derivada individual al cuadro general de mando y protección, mientras, otro le asiste y está preparado para darle un garrotazo. Merde. Baladí. Delete. Cavilaciones vanas. Simple y llanamente transcribiré la siguiente conversación entre un oficial de primera y un peón:
-Joder, que fuerte respiras con la mascarilla, pareces Dart Vader. Jajaja.
-Ggaha guhhu. Yo, soy, tu padre.
-Cómo vas a ser mi padre si podrías ser mi hijo.
Se ríen.
-Quién te dice que no transformé un Seat Panda (más barato e igual de nostálgico que el delorian) en una máquina del tiempo y casualmente conocí a tu madre. Pero… esa época no era para mí. Por ende, aunque navegar por el tiempo es asaz doloroso (similar a nacer), regresé al futuro para trabajar como tu pinche y así estar cerca de mi amado hijo. Jejeje.
-Que tengas un retraso no quiere decir que vengas del pasado. Mic drop.

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