Reflexiones fotográficas: Masao Yamamoto

Las nubes. Hipnotizado por criaturas aéreas traza el flujo del río mientras un intermitente flash azota la ventana de su pequeño castillo. Frota las imágenes de las manos hasta hacerlas realidad. El proceso del olvido. Expresiones. La producción de la memoria comienza en el hueco de la mano. Sin textura. Pequeña y monótona atracción hacia lo sonoro, hacia el movimiento, hacia lo antiguo y simple. Descubrir que lo blancos han sido suprimidos. Una mirada a las ruinas circulares en un alineamiento suspendido en un sueño.
La repetición, el retorno. Reconocer el trayecto hacia la letra de un texto. El acceso a los laberínticos repliegues de un rompecabezas se abre bajo el sueño de otro, lejos de uno mismo, cerca de él. Un ser subterráneo como un torrente, invisible a los ojos de los que no se atreven a posar los oídos en el suelo para sentir unas leves vibraciones. Las lentes anamórficas de sus ojos conjuran objetos antropomorfos, realidades simbólicas y paisajes. Un equilibrio entre las pesadillas y la felicidad. Amplifica diminutas manchas doradas, sutiles rayas de tinta. Un desequilibrio deliberado. El cielo hundido en un papel.
La fuerza enigmática de la nada. Capítulos desordenados. Ni principio ni fin. Nos hace flotar sobre un hilo invisible que nos traslada a una narración más larga. Las partes individuales se retuercen en contrastes y puras sombras. Franjas rítmicas. Sin marcos. Una construcción del caos bajo parámetros preestablecidos. Un desafío al ojo. Decodificar, descifrar el formalismo silencioso de la fotografía y experimentar las limitaciones del medio: la luz errante entre la oscura masa blanca del espacio que no sabemos si existe. El papel como intermediario entre mundo que no existen y un mundo que no vemos pero que está ahí. El mundo material, el inmaterial. Los hombres descubriendo con una sonrisa los detalles cotidianos.
El yo reducido a su esencia rememora recuerdos imaginarios, brumosos, misteriosamente privados, fríos y desérticos y nos marca el camino de superficies vacantes. Tocar, manipular. Encontrarse con el misterio e inventar una historia con fragmentos dispersos, con recuerdos que despiertan resonancias en cada uno de nosotros. El mundo, el individuo. Puntos de fuga perforando habitaciones sin ventanas. Figuras sin forma. Humanos atrapan la luz, la forma primigenia de la fotografía. Dibujar y capturar el aire. Amplificar el verbo ver. La dimensión presente en el modo visual. La sugestión del movimiento. Un Universo tonal acromático observa las formas paralizas y congeladas. La persistencia de la visión estática proyectando la intención del fotógrafo. El escudriñamiento como método de visión no estructurada. Una imagen fijada en el tiempo y el espacio. Una abstracción hacia la reducción del mínimo irreducible: la forma significante.

El fotógrafo japonés Masao Yamamoto (Aichi, Japón, 1957) está considerado uno de los fotógrafos más importantes en la actualidad dentro del panorama internacional. Estudió pintura bajo la supervisión de Goro Saito en su ciudad natal, antes de escoger la fotografía en gelatina de plata como su medio artístico. Actualmente, usa este arte para capturar imágenes que puedan evocar recuerdos. Desdibuja el límite entre la pintura y la fotografía experimentando con las superficies impresas. Tiñe y vira (con té), pinta y rasga sus fotografías. Sus temas incluyen bodegones, desnudos, y paisajes, pero también hace instalaciones de arte con sus pequeñas imágenes para mostrar cómo cada imagen es parte de una realidad mayor. Su presencia es habitual en galerías y museos de Estados Unidos, Europa, Japón, Rusia y Brasil. Sus fotografías han aparecido en grandes medios internacionales y las principales revistas de arte.

 

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Imágenes propiedad de Masao Yamamoto

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