Shusei Nagaoka: música y espacio

en

Oxígeno. Nosotros. Violáceo. Sofoco. A perpetuidad… carcoma. Centrifugando estrellas en la oscuridad. Acróbatas de color azul practican kung-fu contra cosmonautas borrachos. Fotos. Muecas radiactivas. Licuar el pánico con zumo de limón. Nadar en océanos de lejía. Deportar tribulaciones en la blanca habitación de charol. Brujos biónicos. Falsos paisajes. Nómadas intrépidos. Cocodrilos de marfil se desintegran al tocar tierra. Dueño del otoño bajo gravedad cero. Chispas y cambios. Caleidoscópico príncipe sin alma. Manos. Látigos verdugos provocan marcianos catarros. Translúcida inercia. Un ombligo luminoso lanza gritos chamuscados. Cabezas ciegas. Sonidos diluidos. El anhelo. Divisorio. Bostezos entrecortados. Bajo una órbita. Una bolsa llena de pensamientos.

Una salamandra ciega viajando en una astronave a velocidad absurda. Una hurraca. Un lodazal cósmico. Camino cuántico. Una crónica desde el cuarto planeta. Océano interior. Solsticio. Un brillo solar líquido. Pintura de color carne en el punto negro. Líneas separadas. Distantes. Una piedra tribal. Sal rosa. Asfalto lunar.

Magnesio. ¡Milagro!. El Hierro. Fluir libremente. Libre de impurezas. Movimientos involuntarios. Sin gafas. La niebla. Datos en construcción. La singularidad. Combatir. Tallar la piedra invisible. La cabeza como un sifón. Conectado. Desconectado. Un canal. Un abismo. El frío holograma tan palpable como los demonios. Sonidos suaves. Otro planeta. Doce pasos de separación. Manos rojas.  

Cambio. Amarillo. Inmerso en la nada. Portales. Helio. Nébula. Andrómenda. El Atlas. Las nubes invisibles. El último satélite. Cambio. Azul. Icosaedros viajeros. Hipomanía. Expansivo. Reacción. ¡Persisto! Cambio. Cetrino. Un dios llamado arrogancia. El ministerio de la alienación. Rayos de luna. Entre la luz y el ruido. Abiogénesis. Vórtice. Polígrafo facial. Alpha. Cambio. Naranja.

 
Si doy marcha atrás en el tiempo, concretamente veinticinco años atrás, me percato de el preciso instante en que de forma aleatorio posé mis manos sobre un libro de fotografía. Marcaría un punto de inflexión. Un impacto cósmico en que llevaría a obsesionarme con pintar luz, con dibujar sombras en visores minúsculos. Trasladarme a través de imágenes inventadas y palabras en el éter. Recoger cada una de las sílabas que pululan aun mi mente y coserlas en la nube digital. Un libro, un artista. Quise ser fotógrafo.
Shusei Nagaoka. Su galáctica y futurista obra gráfica siempre me ha fascinado. Probablemente si no hubiese elegido aquel volumen fotográfico no las cosas serían muy distintas en mi vida. Ni ciencia ficción, ni fotografía, ni luces de colores, ni vólidos surcando los mares marcianos.

Shusei Nagaoka nació en Nagasaki en el año 1936. Fue ilustrador y diseñador gráfico, pero también fue un consumado artista que en la década de los 70s del siglo pasado creó fotografías pintadas con aerógrafo, una técnica casi olvidada hoy en día que dio algunos de los artistas más aclamados en el mundo de la publicidad y partidistas musicales durante una buena parte de los 70s y 80s. La artista y fotografía Ouka Lele siempre dijo que la influencia de Nagaoka en los inicios de su carreras eran evidentes.
Nagaoka fue uno de los grandes artistas que dieron vida e imagen a algunas de las portadas más conocidas y reputadas de finales del S.XX. Entre ellas se encuentran Electric Light Orchestra, Earth, Wind & Fire, Deep Purple, Space, Maze, George Clinton, Kitaro, Rose Royce, Caldera y Pure Prairie League. Su gran talento lo llevó a ayudar en el diseño de la Exposición de la Exposición Universal de Osaka de 1970.
Ha sido seleccionado como uno integrantes da la prestigiosa lista de la American Illustration por el aniversario de sus 200 años. Ha recibido varios premios, álbumes de platino y oro, publicado varios libros y creó una de las primeras obras de arte lanzadas al espacio exterior y orbitó a través de la estación espacial rusa Mir en 1991.
Murió en Odawara en 2015 a la edad de 78 años dejando un legado lleno de estrellas, naves cruzando Orión y cosmonautas tomando café bajo la atenta mirada de la inescrutable mirada del universo no conocido.

Todas las imágenes pertenecen a Shusei Nagaoka

 

Deja tu comentario