Recientemente la editorial ECC ha publicado (primer tomo en mayo y el segundo en junio) “Bajo un cielo como unos pantis”, un manga antológico, de dos tomos que hace las funciones de carta de presentación de Shun Umezawa, un autor muy crítico con la sociedad, y por tanto, polémico e irreverente. Pero era un gran desconocido en occidente, hasta ahora, ya que ECC se ha arriesgado a traer ésta y al menos otras dos obras más: “Ippiki to Kyuujuu Kyuuhiki” y “Utopías”.
Puede recordar vagamente a Inio Asano (aunque es muchísimo más crudo y no tan poético), porque trata la xenofobia, la represión sexual, el acoso, la homofobia, la violencia gratuita, la prostitución, la opresión del trabajador, la Paidofilia, el aislamiento social… Temas que están a la orden del día entre jóvenes y adultos de un país que intenta esconderlo, pero que mangas alternativos como el ahora reseñado, “La chica a la orilla del mar”, “Last hero Inuyashiki” o “La sonrisa del vampiro”, intentan mediante la autocrítica, arrancar el velo que oculta la verdadera cara del Japón moderno.
Esta serie rompedora de tabúes, está compuesta por ocho historias cortas realizadas por Umezawa entre 2001 y 2015, por lo que de algunas historias a otras se notan variaciones en el dibujo e incluso interesantes experimentaciones. Pero al igual que lo narrado, gráficamente también es realista, tanto en el dibujo como en la multitud de encuadres: grandes angulares, planos detalle, primerísimos primeros planos, etc., además del sin fin de punto de vista: a ras de suelo, cenital, nadir, indirecto, escorzo…
Me parece muy curiosa una técnica de dibujo desenfocado que utiliza en ocasiones para otorgar una sensación de mucho movimiento. Podréis apreciarlo en la imagen situada bajo estas líneas.
En cuanto a estos relatos, Seinen, el más extenso e importante (según la edición) es el primero, ya que está compuesto por dos arcos argumentales de dos y un capítulo respectivamente, y el primero es el que da título a la serie.
En “Bajo un cielo como unos pantis” los protagonistas son tres adolescentes considerados perdedores por ser diferentes; razón por la cual sufren acoso escolar y maltrato, siendo Ai el foco principal de las vejaciones a causa de su orientación sexual y su transexualidad. Además, en el relato impera el miedo a una inminente guerra nuclear contra Corea, lo cual se vislumbra más claramente en “Avance de la gran hambruna de la era Heisei”, para ello el autor recupera a dos de los personajes en su edad adulta, donde en contra de lo que parecía en el anterior arco argumental, el mayor perdedor es Mikami, ya que Hiroshi por lo menos tiene trabajo. Aunque éste último se mete en una secta de anticoreanos para casarse y así poder seguir teniendo relaciones sexuales con una chica mona, pero bastante loca…
El resto de historias varían entre un capitulo y dos:
“Caos en las aulas” (1 cap.) es de los relatos que más me ha gustado y trata sobre de un instituto donde el sexo y la violencia explícita va en crescendo hasta que llega la debacle.
“Paisaje con Watanabe” (1 cap.) en un principio parece que va a tratar sobre colegialas que se prostituyen, pero su temática es más compleja. Además, el autor utiliza en uno de los personajes un recurso literario parecido al de “Buenas noches Punpun”.
“Un día de verano que nunca termina” (1 cap.) narra las vacaciones de verano de un niño bastante influenciable y una niña introvertida a la par que misteriosa.
“La Shibûya del futuro siglo” (1 cap.) nos muestra el contra punto a nuestra visión actual, con un futuro cercano en el que, tras otra gran guerra, la ciencia y la tecnología se ven como culpables de todos los males y las personas vuelven a la humildad del campo.
“Mendel”, el capítulo más corto (4 páginas), es mi favorito. Así que prefiero no desvelar nada, salvo que vuelve a utilizar un recurso gráfico semejante al de “Buenas noches Punpun”.
“De madrugada” (2 cap.) trata sobre la opresión al trabajador y la supresión tanto de los sentimientos, como del pensamiento individual a la que se ven obligadas las personas.
“Seres únicos” (2 cap.) es el último de los duros retratos de la sociedad nipona que nos muestra el autor y trata sobre un chico de 26 años que, gracias a una antigua compañera del instituto, intentará afrontar su complejo de lolita.
Tras haber leído este manga, se puede apreciar que el mangaka narra historias basadas en temas de actualidad, que le tocan de cerca o que ve día a día. Sus personajes son incomprendidos, desechos, marginales con los que pretende hacer ver a la sociedad lo que no ven cuando miran hacia otro lado. Aunque estas personas también se pueden encontrar rascando un poco en la superficie de cualquier otro país; choca con la visión tan idealizada de esta gran potencia mundial.
Calificación:
GUIÓN 8,50
DIBUJO 9,00
Nota media 8,75
P.D. Umezawa cita en el epílogo a un autor que le gusta mucho y que dijo lo siguiente:
“Al descascarar un saco de arroz, siempre aparecen unos 10 granos que no se pueden descascarar. Mis lectores son esos poquísimos granos que no se pueden descascarar. (…) Un escritor no puede traicionar a sus lectores”
Tsuneari Fukuya (1912-1994)
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Me parece muy bien que haya literatura de este tipo, donde no todo son princesitas y magia. Aunque también tengo que admitir que a veces es un poco duro leerlo jajaja
Te parece duro leer historias de este tipo porque: la lectura se te hace aburrida o por qué muestra una cara de la sociedad que no te gusta ver?
No no, aburrido no me parece, pero me parece triste reconocer esa sociedad…